Optar por ser como alguno de ellos te podría poner en la cuerda floja. Los expertos aconsejan trabajar en algún punto intermedio entre estos.
Las negociaciones son muy importantes en nuestra vida y no se diga para las empresas. Una compañía debe contar con personal que tenga las habilidades esenciales para estas actividades inherentes al mundo de los negocios.
La mayoría de las personas y, especialmente, los empresarios, se ven constantemente envueltos en negociaciones de diferente índole. Por ejemplo, cuando se reúnen para establecer un contrato, comprar o vender cualquier producto o servicio, resolver deficiencias, tomar decisiones. La negociación entre empresas, grupos o individuos normalmente ocurre porque uno tiene algo que el otro quiere y está dispuesto a negociar para obtenerlo. es un proceso que incluye dos o más partes, con intereses comunes, pero a su vez en conflicto, que voluntariamente se reúnen para presentar y discutir propuestas comunes con el propósito de llegar a un acuerdo.
Es difícil clasificar los estilos de negociadores, ya que cada quien tiene su manera particular de hacerlo. Sin embargo, los expertos encuentran dos tipos bien definidos y extremos:
- El negociador enfocado en los resultados.
- Lo único que realmente le importa es alcanzar su objetivo a toda costa
- Tiene una elevada (excesiva) autoconfianza
- Las relaciones personales no es un tema que le preocupen, ni tampoco los intereses del oponente.
- Este tipo de negociador puede ser efectivo en negociaciones puntuales, pero es totalmente inapropiado para establecer relaciones duraderas.
- El negociador enfocado en las personas.
- Le preocupa especialmente mantener una buena relación personal.
- busca la colaboración, facilitando toda la información que le soliciten, planteando claramente sus condiciones.
- Le gusta jugar limpio, por lo que no utiliza ninguna táctica de presión. Confía en la palabra del otro, cede generosamente y no manipula.
- resultar excesivamente blando, se puede aprovechar la otra parte.
La consigna es tratar de ser un negociador intermedio para saber cuándo “apretar” el ritmo y cuándo ser más “flexible” en las negociaciones.
Fuente: QuimiNet.
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