La guerra comercial de Donald Trump rápidamente ha tenido
consecuencias. Tanto China como Estados Unidos (EEUU) han perdido tanto poder
económico como liderazgo global. Y en el conflicto, han dejado una ola de
afectados. Marcas americanas y asiáticas, dentro y fuera de los países en
conflicto, han tenido que soportar el resultado de las tensiones. Incluso
Europa quedó en medio de los golpes. Pero en África, el panorama es
radicalmente distinto.
Según AP, el continente está a punto de dar banderazo de
salida a una zona de libre comercio. En la Cumbre de África, en República del
Níger, varios líderes de estado del bloque ratificaron los planes para reducir
restricciones de negocio entre sus países. Con la participación de Nigeria, la
25va nación en sumarse al acuerdo y la más próspera económicamente, se dará
rienda suelta al plan. Se espera que beneficie a los mil 300 millones de
habitantes de la región.
Dicha propuesta se ratificó por 54 de los 55 países en
África. Únicamente Eritrea se rehusó a formar parte de la zona de libre
comercio regional. Actualmente, las naciones del bloque solo destinan el 16 por
ciento de su mercado internacional a relaciones locales. El objetivo sería
incrementar significativamente esta cifra. Y, así, potenciar el desarrollo económico
de todas las partes. Todavía falta por determinarse dónde estarán los cuarteles
generales de la operación.
África, ¿ejemplo de liderazgo internacional?
La decisión de África llega en un punto donde hay extrema
polarización en todas las regiones. En Norteamérica, las tensiones son altas
tanto por las negociaciones del T-MEC y las políticas migratorias de EEUU. En
Europa el proceso para el Brexit, además de hacer más complejo el panorama
local, también ha creado enemistades entre los países del grupo. Y en Asia, la
guerra comercial ha forzado a varias naciones a demostrar su lealtad hacia
China o América.
Así pues, la zona de libre comercio en África es una
reconfortante muestra de cooperación y liderazgo regional a escala
internacional. No solo están demostrando al resto del mundo que, con diplomacia
y raciocinio, se pueden conciliar las diferencias entre países. Además, enseñan
que el progreso y desarrollo económico grupal es todavía un objetivo digno de
perseguirse. En cuestión de marca-continente, la zona está quedando muy por
arriba de sus contrapartes.
Una solución al caos internacional
Más allá de ser una estrategia digna de reconocerse en el
plano de reputación de marca-continente, también es un interesante acercamiento
a la geopolítica y economía global. Es cierto que cada vez más países muestran
abierto antagonismo o frustración hacia otros. Y la tendencia en la gran
mayoría de las administraciones es a cerrar las fronteras y aislar la economía.
Así que África podría estar desarrollando una gran ventaja para el futuro.
En conjunto, todos los países de África comandan una
economía de 3.4 billones de dólares. Pero actualmente, más de la mitad de esta
riqueza se distribuye con sus socios en el bloque europeo. Si estos recursos se
conservan en el continente, podrían potenciar su crecimiento económico. Y si
las enemistades en Europa, Asia y América continúan y se multiplican, podrían
comandar un frente unido de progreso mientras el resto del mundo se aísla.
Ni siquiera es una solución innovadora. Este mismo concepto
de cooperación por el bien de todos impera en la gran mayoría de las otras
zonas de libre comercio del mundo. Y también es cierto que África aún debe
resolver retos internos de logística y violencia para realmente realizar el
potencial de su propuesta. Pero considerando el contexto del resto del mundo,
no sería extraño que la región pudiera surgir como un nuevo líder global dentro
de unos años.
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